“Si mueres eres completamente feliz y tu alma de alguna manera sigue viva. No le temo a la muerte. Hay una paz total después de morir. Convertirme en alguien más es la mayor esperanza que tengo”.
En una página de su diario, escrita probablemente a finales de 1993, escribiría:
“Probé la heroína por primera vez en 1987 en Aberden y seguí utilizándola unas 10 veces más desde el 87 hasta el 90. Cuando volví de nuestra segunda gira europea con Sonic Youth decidí consumir heroína a diario debido a una dolencia estomacal que llevaba sufriendo desde hacía cinco años y que me había llevado literalmente a pensar en el suicidio. Todos los días de mi vida durante cinco años”.
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